Hola de nuevo, perdón por el retraso de esta semana con el blog, pero con esto de las festividades inventadas por los grandes almacenes, hemos estado sin parar de trabajo.
No es que a mí no me guste que me hagan regalos, sino que no necesito que el calendario ni que un centro comercial me marque cuándo recibirlos. Por eso en nuestras tienda tenemos trabajo todo el año, porque aparte de en las fechas marcadas, los detalles se pueden hacer en cualquier fecha.
Ya sea el día del padre, el día de la madre, San Valentín o San queremos, una joya siempre es un regalo.
Por eso nuestras tiendas de joyería outlet tienen tanto éxito, porque no somos una moda pasajera, que aparece como las tiendas de cigarrillos electrónicos, sino que somos un negocio de amplio recorrido y que se adapta a lo que el consumidor quiere. En SilverGold, podrás encontrar regalos para todas las edades y para todo el mundo, a precios de risa.
Ya sabéis que en nuestras tiendas podéis comprar-vender o dejar en venta recuperable, pero si encima de sacar un dinero a tus piezas rotas u olvidadas en el joyero puedes comprarte nuevas joyas o hacer un buen regalo sin vaciar la cartilla, mejor que mejor.
Os voy a contar una pequeña anécdota que me pasó hace unos años, una chica de unos 30 años se acercó a mi tienda con piezas de cuando era pequeña, desparejadas y rotas, que quería vender. La chica me contó que quería venderlas para hacerle un regalo a su abuela, que la iban a operar esa semana y que necesitaba dinero. Pues bien , al preguntarla que tenía pensado comprarla, me contó que su abuela siempre había tenido ilusión por un buen collar de perlas. Casualidad que yo tenía uno en mi tienda, así que se lo enseñé. La chica asombrada me contó que era un modelo muy parecido al que había elegido en la joyería, pero que la diferencia de precio era brutal. En mi tienda le costaba 4 veces menos que lo que le habían pedido a ella de nuevo (normal que necesitara dinero la pobre). Pues bien, la chica se acabó llevando el collar, y al de unos días vino a contarme lo emocionada que se quedó su abuela al ver el regalo.
Con esto no quiero haceros ver los buenos precios que podéis encontrar en nuestras tiendas, que también, sino que este negocio tiene muchas partes buenas y que todavía os resultan desconocidas.
Sé que me repito mucho con lo de que aquí compramos-vendemos y empeñamos, pero no pasa un día en que entre algún cliente en nuestras tiendas y se asombre de los servicios que se ofertan.
Con esto me despido hasta la semana que viene, y os prometo que sacaré tiempo de donde sea para ser fiel a nuestras citas semanales.